Me subo a un colectivo en el que viaja poca gente. Hace calor, la unidad tiene aire acondicionado que funciona muy bien, casi a niveles glaciares, y hay asientos disponibles como para viajar sentado. Todo parece estar bien y sin embargo, elijo uno que tiene un defecto imperceptible a primera vista: el cojín del asiento no está paralelo al piso sino que tiene una leve inclinación hacia adelante. En cada frenada del bondi, algo que por supuesto sucede casi en cada esquina, mi culo se desliza como si no hubiera otra. Un error imperceptible que convierte a este 2 de enero en un día de mierda, y que me lleva al fastidio absoluto. Es también la primera anotación de este 2024 en el archivo en el que escribo cosas para el newsletter.
Diego, te leo semanalmente con devoción desde el país de las fotos 1 y 3. Gracias por lo que haces, me ayudas a mantener mi cable a tierra con lo cotidiano de la argentinidad.
Diego, te leo semanalmente con devoción desde el país de las fotos 1 y 3. Gracias por lo que haces, me ayudas a mantener mi cable a tierra con lo cotidiano de la argentinidad.