Veo un tipo cambiando una rueda sobre la 9 de Julio. Son las 8 de la mañana en Buenos Aires y pienso en este tipo, de dónde vendrá, qué habrá desayunado, cómo venía su día hasta que sintió que algo pasaba con el auto, que no le respondía.
Pienso ahora en cómo se toma la situación, si llega tarde a algún lado, si le chupará todo un huevo. Y sobre todo recuerdo que hace unas horas soñé que estaba cambiando una rueda, no exactamente la misma imagen que tengo ahora en vivo, pero sí una secuencia similar. Lo que tengo más vívido es que hacía fuerza para aflojar unas tuercas de una rueda y en lugar de salir la rueda salía toda una pieza completa que era todo menos la rueda.
Me pregunto si hay alguna conexión entre estos dos hechos separados por unas pocas horas, porque también registro que es un sueño reciente, ocurrido después del madrugón de las 5 AM en el que mi hija pide pasar a la cama grande y tomar una mamadera, todo un operativo que practico con la paciencia de un cultivador y que me lleva menos de tres minutos.
Es un sueño de la segunda mitad de la noche, que en realidad en estos días del postverano no son tan noche. Son sueños de una claridad incipiente.
Hay conexión entonces entre lo que soñé antes y lo que estoy viendo ahora. ¿Tengo una conexión con este tipo?
Demasiados pensamientos para una escena efímera. Quiero decir: al momento de verlo quizás alguien dice “Uh mirá, pobre tipo pinchó una rueda” y a los 10 segundos ya está pensando en otra cosa, y yo en cambio caminé una cuadra, dos cuadras, diez y sigo pensando en el tipo, aparece el sueño y todo lo que vino después.
Incluso estoy escribiendo ahora, cuatro días después.
Bienvenidos al Diario de la Procrastinación.
No fue muy exitosa la estrategia de poner todo el tema de las donaciones y colaboraciones económicas en el medio del newsletter, como los bares de ahora en los que primero pagas en la caja y después te lo sirven en la mesa. La ventaja es que te vas cuando queres, no hay que pasar por el trámite de pedir la cuenta y todo eso.
En cambio en el newsletter parece que funciona de un modo tradicional, los lectores quieren leer y después definir si van poner las efectividades conducentes. Voy a ver si es así. Me da esperanza pensar que leen esto hasta el final, a pesar de las infinitas digresiones.
Pintores en casa: dos noches seguidas sueño que estoy lijando paredes.
Ayudé a un ciego a cruzar la calle. Fue una experiencia breve, de unos 30 segundos, pero de algún modo trascendental porque estaba con mi hijo. Cuando lo despedí en la entrada de un FarmaCity Beni me preguntó qué era lo que había pasado, cómo era el asunto de ser ciego, una pregunta que claramente no podía explicarle, como la mayoría de las preguntas que nos hacen nuestros hijos.
Lo hice para quedar bien delante de mi hijo, mostrarme como una buena persona que ayuda a la gente, pero cuando lo hice me olvidé por completo de mi hijo, le pregunté al ciego para dónde iba, si necesitaba ayuda en la farmacia. Son enunciados contradictorios y al mismo tiempo perfectamente compatibles.
Ultimamente me pregunto hasta qué punto se entiende el lenguaje local que uso para escribí, como lo que escribí algunas líneas más arriba sobre las efectividades conducentes (un modo que tenía un ex presidente argentino de los años 80 para referirse al dinero. Bah, un expresidente argentino, digamos Alfonsín). Hay un grupo importante de lectores de otros países, nunca sé si aclarar o volverme neutro.
Un amigo que leyó el último libro de Mariana Enríquez me contó que estaba decepcionado porque en uno de los cuentos explica qué es y cómo es el barrio de Constitución, algo que no hubiera hecho hace algunos años.
Tiene su lógica, Mariana es leída en todo el mundo a una escala que jamás hubiera imaginado, pero reconozco que me da cierta cosa que eso suceda.
Mariana Enríquez, la escritora argentina del momento, es un producto de la cultura del rock y del periodismo de los años 90, instituciones que ya casi no existen.
Abro Instagram. Quería escribir una oración que explicara por qué lo hice. Pensé esto: “Abro Instagram para distraerme un poco” pero en realidad como toda actitud adictiva, no sé si es exactamente así: abro Instagram por instinto.
Abro Instagram y encuentro dos mensajes consecutivos que son despedidas, avisos fúnebres de hoy.
“Adiós querido… Amigo, compañero, maestro. Hasta siempre.
Vivió y murió en su ley. Dando una conferencia para México el sábado y trabajando ayer, como siempre… Escribiendo, jugando, riendo”.
Y esta otra:
“Qué privilegio enorme siento de haber sido tu hijo. Fuiste una mujer excepcional hasta último momento. Gracias por enseñarme cómo es el amor incondicional. Te voy a extrañar todos los días”.
Ya lo dije muchas veces, me emociona el género de las necrológicas de gente común en redes sociales, la forma en que se ofrece ese testimonio ante el mundo.
También me sigue gustando lo tradicional. Una amiga cuenta que murió su papá y yo voy al diario de su provincia a leer los avisos fúnebres, leo todos los avisos cargados de una formalidad que no quiere decir casi nada en comparación a lo que leo en las redes sociales.
Las fotos de esta semana son una selección de las ganadoras del World Press Photo. En este link están todas.
Llega el momento de pasar la gorra.
La forma más tradicional de contribución es un aporte con una donación por única vez, a través de los cafecitos o sino un pago mensual por el monto que ustedes quieran.
También vale la recomendación de este correo a un amigo, básicamente si esta cosa ha crecido es por el boca en boca, o por redes sociales (soy diegogeddes en TW e Instagram).
Aprovecho también para contar que el libro que salió en noviembre va a estar disponible en la Feria del Libro, en el stand de La Crujía, en el pabellón amarillo.
Antes de la música, les dejo también una playlist con todas las canciones que aparecen en el libro. Es bastante ecléctica la lista, eso algo que me gusta. Roberto Carlos, Oasis, Alberto Cortez, Sabina, Babasónicos, Mariano Mores. Y también Andrés Calamaro.
A propósito, esta semana se cumplieron 25 años de la salida de Honestidad Brutal, uno de mis discos favoritos. Dejo este tema.
Nos vemos la próxima.
Bonus track:
Si se quedaron con ganas de leer algunos textos más, dejo los dos últimos envíos del newsletter.
Es una práctica muy de los bahienses leer las necrológicas