Veo una entrevista a una chica que se llama Melisa Zulberti en El planeta Urbano, no sé cómo llego ahí ni qué estoy buscando, pero lo primero que pienso es si esa chica será la hija del Chino Zulberti, un mítico basquetbolista de los primeros años de la Liga Nacional de Básquet.
La veo parecida, algo de los ojos medio gatunos, o unas ondas del pelo medio grisáceo. Pero esto de los parecidos lo cuento porque me sirve para traer otra idea que tengo hace mucho, una que muchas veces escribí acá en el borrador y después lo terminé sacando. Cuando dejo a alguno de mis hijos en la escuela o en el jardín siempre estoy viendo a los padres, si se les parecen, si son versiones chiquitas de sus progenitores. Me concentro en los rasgos de la cara, la forma en que van a moverse esos huesos, una cara que se convierte en adulta. También estoy obsesionado con el tema porque empecé a seguir a unos amigos de la primaria que se casaron y ahora tienen un hijo que es como ellos mismos, y yo no puedo creer ver ese reality en vivo en mi Instagram. Cosas extrañas de la vida de las redes, la conexión sin emoción.
Antes usé “progenitores” para citar al presidente electo, que llamó progenitores a sus padres durante más de 10 años, una especie de venganza por el maltrato físico y psicológico al que fue sometido, sobre todo de parte de su padre. El señor Milei es un capítulo interesante de esta historia que comienza. El detalle de la palabra me parece valioso: Milei les sacó el título a sus padres, los desheredó, más allá de que ahora sean amigos de vuelta y los tenga de nuevo en el círculo más cercano. Pero el reencuentro tiene también su lógica, el hijo ya logró demostrarle al padre que sus crueles castigos no hicieron mella en él, aunque veremos si hacen mella en nosotros. Qué tema el Edipo de nuestros dirigentes.
Me gustó esto que leí en el newsletter de El Faco (que recomiendo). “Macri en su momento y Milei ahora se postularon para presidente para resolver un Edipo mal tramitado”.
¿En qué estaba? Ah sí, Zulberti, y los hijos que se parecen a sus padres. Los trazos, diría mi psicóloga. Tiene un trazo tuyo, ese es un trazo tuyo. Qué cosa cuando el psicólogo te repite el grandes éxitos y uno ya empieza a pensar que paga para escuchar música nueva.
Melisa Zulberti: es de Tandil, parece que fue novia de Del Potro en la infancia. Y es la sobrina del Chino Zulberti.
Haganme acordar de esto, volver a las entradas del Atlas universal de los recuerdos. Tiene que ser un libro o algo parecido. Voy a poner uno o dos nombres en cada edición del newsletter para achicar el monstruo, ir escribiendo de a poquito algo gigante.
A propósito, cada vez veo más seguido la palabra Mounstro mal escrita, incluso en gacetillas o textos más o menos serios. Se institucionalizó un modo de escribirlo mal. Sociedad rota.
Escribir es mi manera de pensar, esa deriva de temas a partir de una exploración en principio intrascendente. Son como puertas o ventanas que se abren y se conectan con otras ideas que habían quedado por ahí, ventanas minimizadas en mi cerebro en apariencia quieto.
No tengo recuerdos de la hiperinflación y de aquellos años de la crisis. A veces me veo tentado a inventar, decir lo que dicen todos, que ibas al supermercado con tus papas y le cambiaban el precio entre que hacias la compra y la pagabas en caja. Es fácil inventar, puedo decir que mi viejo compraba montañas de papel higiénico, o que stockeabamos leche larga vida. Pero no, no tengo nada de esa época en el disco.
Escribir es también mi manera de recordar.
Algo sí: estaba con mi viejo en Buenos Aires cuando se murió Miguel Angel Roig, ministro de Economía de Menem que se murió a los cinco días de asumir. Tengo flashes de ese día, una incipiente preocupación de mi viejo, tomar un taxi, deambular por la ciudad.
Tengo para mí, como dice Esteban, que hay un ministro de Milei que va a morir a los pocos días de asumir. Es bastante evidente a quién hago referencia si uno es de mirar con atención. Pueden dejar su pronóstico respondiendo este mail, son la clase de cosas que uno hace con su señora, pronosticar cosas para decirle después “yo te dije”. Acá les doy la chance, como un bwin o esos sitios de apuestas que colonizaron todo. Qué tentación que te tiren unos mangos por postear un chivo de una casa de apuestas, un granito de arena a la degradación total de los adolescentes, no hace falta ser un genio para verlo. Sociedad rota, capítulo dos.
En este caso, mi pronóstico es reservado pero lo veo con claridad. Hay muertes que se anticipan en el color de la piel, aquel que haya visto morir a alguien lo sabe ver bien.
Hay gente desesperada por opinar, por haber vivido, por haber estado. En 2001 ya era bastante grandecito, incluso estudiaba periodismo y vivía a seis cuadras de la plaza de Mayo. Pero no sé que hice esos días, creo que todavía estaba muy fascinado con la experiencia de vivir solo en Buenos Aires, estaba en otra. ¿Soy menos héroe que el resto? ¿Soy peor persona? Francamente no me importa en lo más mínimo.
Pero ahora pienso, ¿qué recordará Beni de estos años? Espero estar a la altura.
A propósito del tema dominante: hay que avisarle a Milei que deje de poner esa cara que pone cuando se saca una foto, esa trompa y los pulgares arriba, nadie que esté a punto de recortar unos cuantos puntos del PBI puede mostrarse así, como un payaso que tiene una cara fija para las selfies. Solo pido un asesor que esté atento a estos detalles, la credibilidad se construye así, lo que cualquier abuelo resume con dos palabras: “hombre grande”, que viene a reemplazar una frase mucho más completa pero sería algo así como “mirá el boludo este lo que hace para agradar”. Son las cosas que ve la gente importante, ya no hay intimidad y creo que es conveniente guardar ciertas formas, al menos ahora que entramos en la etapa formal de gobierno. Ya te votaron, no hace falta seguir poniendo esa cara impresentable para las fotos.
Por último: recomiendo el libro de Virginia Higa sobre su vida en Suecia. Es el típico ejemplo de lo que debe ser un libro: no importa el tema, solo la mirada del autor, la capacidad de observación y de su facilidad para encontrar maneras de explicar lo que quiere decir. Por ejemplo: los perros en Suecia se parecen a sus dueños, se comportan de manera pacífica, no hacen quilombo en el subte, en los cafés, en lo cotidiano. Hay un modo de ser perro sueco.
Dejamos acá….
Las fotos de esta edición forman parte de la selección que hizo Reuters: las mejores fotos de deportes de 2023.
Gracias a los que compraron el libro, se consigue en cadenas Yenny, Cuspide y también en librerías de barrio, Eterna Cadencia, Céspedes, Zivals, Libros del Pasaje, City Bell Libros, Mantra libros (nombro lugares en dónde lo vi). Me hicieron una nota en Telam y también respondí las 9 preguntas de Eterna Cadencia. El modo autobombo es insoportable pero a la vez hay que pagar las expensas, los pañales de mi hija más pequeña, los libros que consume Benito como alimento descartable.
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Guillermo Ferraro es el que tiene peor cara de salud, pero no descartaría a Mario Russo o a Cúneo Libarona.
Yo me acuerdo que estabamos a la noche viendo Xanadú (película de 1980) en la tele y la cortaron para pasar la noticia de la muerte de Roig (o la asunción del nuevo ministro Rapanelli) y no la volvieron a pasar (o mi viejo apagó la tele). Nunca ví el final y hoy tu recuerdo reflotó el mío.