Últimos suspiros y ya
Hablar y no hablar de lo que hay que hablar. Que pase el tiempo y listo. Todos somos un recuerdo.
Escribo estas líneas el viernes a la tarde. Faltan menos de 48 horas para que se juegue la final del mundo.
Cosas que quiero que pasen:
1) Un gol de tiro libre de Messi
2) El tiempo.
Hay un video de los momentos previos al partido final entre Argentina y Alemania de 1986. El foco está puesto en la arenga de Diego Maradona, los gritos de un rey de la selva que buscan envalentonar a la tropa propia y atemorizar al resto. La tensión es total.
Entre los gritos de todos aparece el Tata Brown, cruza el plano mientras dice una frase que siempre me llamó la atención. Dice –cito de memoria- “en dos horas somos campeones del mundo”. En ese momento de tensión plena, el tipo quiere que pase el tiempo, no le importa el camino ni el recorrido, solo quiere que el tiempo avance, que quede atrás el sufrimiento previo. Quiere ya haber ganado.
La mayor hipocresía de los deportistas que hacen un balance de su carrera es cuando hablan de la importancia de las derrotas. Corren el foco de lo que vivimos durante toda su carrera, la alegría infinita que tienen cuando cumplen el objetivos, las sonrisas, los abrazos, el champagne.
Por supuesto que las derrotas enseñan, pero nadie cambia una victoria por el aprendizaje. También se aprende en el camino. Enaltecer la derrota es como si quisieran ganar siempre.
Ganar esta bueno y perder también está bueno. Pero es hipócrita plantearlo así. Ahora que me retire también me gusta la derrota. No hay nadie más competitivo que un deportista profesional. Les gusta ganar a todo, al truco en la concentración, al fútbol con sus propios hijos.
No sé porque hablo de esto cuando en realidad quería hablar de otra cosa.
Salvando las distancias y con objetivos más mundanos, yo soy el Tata Brown muchas veces. Puedo un lunes o un martes estar agobiado y mi reflejo es pensar que el jueves o el viernes voy a estar mejor. Que pase el tiempo. O pienso otras sensaciones de bienestar supremas: el cierre de la tarjeta, el cobro del aguinaldo.
Al pedo que el año tenga 12 meses, 12 nombres diferentes. El año tiene 12 cierres de la tarjeta, en algunos hace frío y en otros hace calor.
Benito me acompañó a la radio. Se portó muy bien, se llevó unos libros para leer, actuó con sigilo, pero no por estar en un estudio de radio sino porque es su manera de ser. Yo le puse los auriculares, no estaba del todo seguro si entendía lo que estaba sucediendo: que el tipo que hablaba por el micrófono salía por unos parlantes que podían escucharse en una casa (no sé si eso es la radio, pero parecido).
El sigilo es una forma propia de estar en el mundo y de interpretar lo que pasa. A veces se confunde con apatía o desinterés. Yo lo veo en él y lo entiendo, y a la vez veo que su forma sigilosa es diferente a la mía. Formas del sigilo, podría llamarse este envío. Así es como aparecen los títulos. Frases que encierran una idea poética, una pista de lo que se va a leer.
Y también ideas que se asocian a otra parte del newsletter.
Por ejemplo. Estuve recorriendo el pueblo de Julián Alvarez. Calchín, en la provincia de Córdoba. Uno de los 20 mil pueblos que hay en Argentina (datos del censo viejo).
El mapa de google solo muestra la calle principal del pueblo, que es la ruta provincial 13. Serán unas diez o veinte cuadras, casi no hay gente. No hace falta ser muy perspicaz como para notar que el vehículo pasó a la hora de la siesta.
No hay gente, hay bicicletas y motos estacionadas sin candado.
Quiero hablar lo menos posible de fútbol. Pero este relato del gol de Julián a Croacia, el que tuvo la jugada fantástica de Messi, tiene una frase emocionante.
“Rediseña los límites de su destino”.
Noticias que veo pasar.
Estalló el AquaDom, un acuario de 25 metros que estaba en un hotel de Berlín. La noticia es hermosa, pero me desespero por encontrar videos de la explosión, el momento del colapso, un millón y medio de litros de agua derramada en el lobby del hotel, los peces desparramados por todos lados.
Esta semana se rompió un caño de la cocina de mi casa y hubo un colapso similar pero a escala hogareña. El poder del agua siempre me resulta fascinante. Es la fuerza, la persistencia y la astucia.
Y cuanto más busco los videos, una idea cobra fuerza: tengo la sensación de haber estado en ese hotel, es el Radisson de Berlín y creo haber tomado un whisky en ese lobby, mirando los peces del acuario gigante, pensando en lo raro que puede ser el mundo.
La categoría de las cosas que pasaron. En la radio, hablamos con Luis Borda y en un momento habla de que para él cada persona es un recuerdo. Lo que te quedó de alguien, una sonrisa, una mirada, incluso algo que no dijiste a tiempo. Todos somos un recuerdo.
Al salir de la radio, Benito me dijo que le gustaría volver. Una frase con su estilo, la convicción de los que analizan todo y son pacientes. Y también me hizo una pregunta inquietante, una forma de medir el tiempo: “¿Hoy además vas a trabajar o esto de la radio es todo?”
Dejamos acá.
Gracias por estar del otro lado, con mensajes, recomendaciones y cafecitos. Algunos me pidieron que volviera a poner los links para suscribirse de manera mensual porque Mercado Pago no aceptó o canceló los pagos (no sabría por qué). Hay varias opciones: $400 por mes, $800 por mes, $1000 por mes, o sino pueden elegir ustedes el valor que quieran.
Nos vemos la semana que viene. Que tengan un gran día.