Querido lectores. Lo primero que tengo para decirles es que la semana pasada fallé, así con culpa cristiana lo vuelco en este espacio. Fallé en la entrega semanal y quería pedirles disculpas, porque sé que este newsletter forma parte de la rutina de mucha gente (no vamos a entrar en detalles con los números porque no tiene sentido, pero digamos de unos cuantos que leen o al menos escrolean buscando alguna frase que les queda como un manual de autoayuda). Y se ve que cuando eso no está uno siente que le falta algo, una décima parte de un ataque de pánico puede hacerse presente.
Por supuesto que es todo una estupidez, este newsletter podría terminar hoy mismo y nada cambiaría, una zozobra que se resolvería en un par de semanas, hay miles de cosas para leer, mucha gente tiene proyectos e ideas originales, nada es tan importante ni definitivo, solo cuatro o cinco cosas que ya sabemos cuáles son y no vale la pena enumerar, por eso de las cuestiones del azar y las cábalas.
Me dio lástima no escribir, porque tenía un par de ideas muy lindas, una sobre el disco de Charly García que ya la vi escrita por ahí y me da fiaca replicar, esa cosa absurda de decir “bueno, pero yo lo había pensado antes”. No tiene sentido pero uno igual lo termina aplicando.
Como cierre al tema podría decir que una vez pasada la curiosidad de la primera escucha de “La lógica del escorpión”, no encuentro argumentos para que alguien pueda escuchar ese disco por segunda vez. No hay momento en el que uno podría decir “pongo el disco nuevo” teniendo toda la obra anterior de Charly.
Hay veces que pasa eso mismo con bandas que tiene uno o dos discos buenos, con la mayoría de las bandas y cantautores pasa eso, tienen solo uno o dos discos buenos, imaginensé con Charly, que tiene 30 años de buenos discos. Como posdata al asunto creo que imito muy bien el balbuceo de la canción Rompela, lo hago bien sobrio así que el potencial de mi actuación con dos o tres de copas de vinos es infinito.
Otra imagen hermosa que tenía en la retina: la forma en la que pega el sol en el edificio de Corrientes y Paraná y se proyecta hacia la esquina oblicua, se genera un efecto que imagino ocurre en Qatar o los países del desierto, un sol artificial que te rompe el coco, aunque en estas mañanas del fin del invierno da una sensación hermosa. Yo lo vi hace un par de semanas a eso de las 9.50, pero supongo que esa hora ya no sirve, va cambiando cada día.
Una buena sobre Charly García: el otro día estaba en un bar y sonaba una lista de canciones de Charly, supongo que al primer empleado se le ocurrió por la referencia al nuevo disco. Sonó de corrido “Inconsciente Colectivo”, “Tu amor”, “i´,m not in love”. Después me fui pero seguía la lista, era un lujo absoluto.
“El habitante de las ciudades modernas ve tantos reflejos como cosas, si no ve más reflejos que cosas, tomando en cuenta que las cosas, en tanto tengan una superficie pulida, están cubiertas de reflejos, por lo que es difícil ver una cosa sin también ver un reflejo, o dos. Las grandes superficies vidriadas, que proliferan, contienen una segunda ciudad, un cine de transparencias pálidas en movimiento”.
César Aira, Ideas Diversas.
Ya hablé acá de los programas de Fabián Casas en Picnic Extraterrestre. En uno de esos, Esteban Lamothe contaba que le gustaba mucho trabajar, que era lo que más había hecho en su vida. Y los otros días el enunciado se verificó, porque hizo un programa con apendicitis (“soy el primer streamer que lo logró”, dijo a su grupo de trabajo). Por momento me cae bien Lamothe, más cuando habla que cuando actúa, aunque curiosamente cuando actúa se parece al personaje que habla, como si no hubiera diferencia. No sé si llego a explicarlo bien.
El hecho en si mismo me hizo acordar a cuando el Flaco Schiavi jugó con apendicitis en Boca, pensé que era una condición regional, tuve la idea de que vivían en pueblos cercanos, esas cosas que no sabes si ya las sabían de antes y cuando las verificas, se te hincha el pecho de orgullo pensando que sos un capo.
La cuestión es que algo había; Lamothe es de Ameghino y el Flaco Schiavi de Lincoln, menos de 100 kilómetros de diferencia por la ruta 188. Lo más curioso es que cuando busqué la ciudad de Lincoln en el Google maps me devolvió una imagen increíble, tenía una forma de nave espacial perfecta dibujada en el mapa.
Lo que surge de todo este texto inconexo es que siempre tengo ganas de escribir, aun cuando no tengo ganas de escribir. Es como una represa.
Tuve otras ideas esta semana:
Comprarme una computadora y no conectarla a internet. Que sea una maquina de escribir. Tener todos los archivos ahí, soy muy desordenado con mis archivos, todo caótico en diferentes computadoras, en algunas que fui perdiendo.
Un hecho también que me parece contundente. Nunca tuve una computadora propia, siempre escribí en las computadoras de mis trabajos. No le presto mucha importancia a eso, no creo sea un boicot sino todo lo contrario, se puede escribir siempre y de cualquier manera, la cuestión es dosificar el caudal, como si fuera una represa que trabaja siempre. Las cosas de la semana pasada seguían por ahí.
Parroquiales:
Las fotos que ilustran la edición de hoy las saqué de la cuenta de X LiminalArgentina. que se define como “Un Viaje al borde de la realidad || Argentine aesthetics”. Hay algunas fotos increíbles, yo elegí apenas algunas pero
Increíblemente, una vez que ya había elegido varias fotos, llegué a la última de todas, que es la fachada del club Sportivo Bahiense, exactamente a una cuadra de mi casa natal en Bahía Blanca, Alvarado al 400. Qué maravilla el azar.
Los que quieran seguir la conversación responden este mismo mail y me comprometo a la respuesta, como mucho dentro de la misma semana y antes de la salida de un nuevo newsletter (garantía 100%, si no respondí alguna vez se pueden quejar y serán retribuidos). Gracias a los que escriben mandando aliento, recomendado películas, desarrollando alguna idea que yo dejo por la mitad por pereza o incapacidad o pura procrastinación.
Donaciones por única vez, vía cafecito, de a 2000 pesitos (pueden ser $2000, pero también $4000 o lo que quieran).
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¿Acaso es un problema que todo se haga vía Mercado Pago? ¿Les gustaría alguna otra forma de aporte?
Dejé algunos ejemplares de mi libro en un café/galería de La Plata, el hermoso Pivot Café (diagonal 77, entre 8 y Plaza Italia). Pueden conseguirlo ahí y se toman el café más rico de La Plata.
La canción de hoy es una versión de un tema que los Paralamas siempre hicieron medio punk, pero acá le bajaron un par de cambios e invitaron a Zizi Possi, una de las tres millones de cantantes brasileras que cantan como los dioses. De esos saben mucho los brasileros, laterales derechos y cantantes. El resultado es una hermosa canción de amor imposible, una relación rota que no termina de quebrarse, está todo mal pero los amantes suplican otra oportunidad: “mi error fue creer que estar a tu lado bastaría, Oh Dios, era todo lo que yo quería, yo decía tu nombre, no me abandones jamás”.
Nos vemos la próxima
El tuyo es uno de los pocos newsletters que espero ansiosa, así que daleee, no me abandones jamás. Espectaculares fotos (a veces extraño X o IG por estas magias que me pierdo, pero también estoy bien así). el fragmento de Aira ❤️.
Leyéndote me doy cuenta que sos una de las razones por las cuales me encanta arrancar el domingo abriendo Substack, mientras hijo mira Sonic y desayunamos. Una nueva rutina que atesoro.