Creo que ya lo tengo decidido. Me voy a bajar unas de esas apps que sirven para organizar la semana. Estuve viendo un par de opciones y hay una con un diseño hermoso, bien sencilla, sin demasiadas utilidades más que la de una agenda con un par de variantes, como poner alarmas para ciertas tareas. Eso lo pienso el lunes, en una semana en la que tendría que definir muchas cosas. El martes me encuentra caminando por el barrio. Estoy solo después de mucho tiempo porque a Benito lo están cuidando. Camino por el barrio, el día promete ser fabuloso, ese sol del pre verano con un viento fresco en la cara. Camino y tengo una certeza, quizás la más afianzada de mis 40 años. Qué lindo es estar al pedo.
Voy a bajar la aplicación para profesionalizarme. Martes y jueves, de 9 a 13. Estar al pedo. Bienvenidos al Diario de la Procrastinación.
Recomiendo cualquier video de ese ciclo Sofar
Esta semana empezó 8000 Bahía, un newsletter que hacen los colegas bahienses Abel y Mauro. Sigo el sitio por obligación, un modo de estar conectado con la ciudad. En la biblioteca tengo libros de autores bahienses: Guillermo Martínez, Luis Sagasti (lean Bellas Artes!), Valeria Tentoni, Sonia Budassi, es como si me sintiera obligado a comprarlos.
Creo que es un tema recurrente el de la identidad: ya viví más tiempo en Buenos Aires que en Bahía. Tengo la coartada de Cabral (no soy de aquí ni soy de allá) y sé cómo usarla: soy porteño para los bahienses, soy bahiense para los porteños. Con la política hago lo mismo.
Gracias al newsletter descubrí una cantante bahiense que se llama Lucia Tacchetti. Tiene un cover muy lindo que dejo al final.
En todo consumo bahiense se busca el grado de separación. Por ejemplo, yo podría pensar que Lucila es la nieta de Arnaldo Tacchetti, un viejo fabuloso que jugaba al tenis en Sportiva. Arnaldo Tacchetti, quizás podría ser Arnoldo Tacchetti. Un viejo medio cascarrabias, muy personaje. Usaba vincha como Pat Cash y era histriónico como Yannick Noah, tiraba la raqueta, se revolcaba por el piso. Yo grabé a fuego esas imágenes, las grabé sin saber por qué pero después lo supe: yo quiero ser así, jugar hasta los 80, que no me importe un carajo el ridículo, ser atleta y ser payaso. Jugar con libertad. Jugar (al tenis) hasta los 80. Jugar.
Pero lo de esta chica destraba un nuevo nivel para medir el tiempo. De la gente nueva (los que no hacen rock) ya conozco a los abuelos. En el fútbol se ve más claro. En un momento ves jugar a los jóvenes, después los ves retirarse, después los ves convertirse en DTs. Después ves debutar a pibes que nacieron en los años 2000 y así todo es decadencia.
Ojalá nunca me la cruce porque me voy a ver obligado a preguntarle si es la nieta de su abuelo.
Terminé de leer Patria, escrito por Fernando Aramburu. En estos días HBO está dando la serie. Es un libro fabuloso sobre dos familias enfrentadas por el conflicto vasco. Se lo recomendé a mucha gente que me dijo que no le interesaba el tema. Pero en realidad no importa demasiado si lo que pasó en España te interesa o no. El libro tiene algo en los diálogos y en la construcción de cada personaje que no podría describir. Algo del lenguaje y de las voces que me pareció admirable. Tiene casi 700 páginas pero se leen muy rápido.
No sé qué voy a leer ahora pero pobre al libro que le toque.
La letra F de mi teclado está rota. Se salió la tapita que sirve para tipear la letra F. Del fondo de mi cerebro aparecen algunas teorías que estudié hace mucho. Signo. Saussure. Peirce. Icono. Indice. Símbolo. Pero no uso mucho la F, a pesar de que en el teclado QWERTY tiene una ubicación preerencial (ahí tuve que usarla pero no anduvo).
El teclado Qwerty sigue la lógica del idioma inglés, pero se usa en casi todo el mundo. Los franceses usan su propio teclado, cambiaron algunas teclas y lo bautizaron AZERTY. Así también se puede contar la humanidad. Historia universal de los teclados. ¿En el futuro seguirá habiendo teclados? O se podría pensar en un sistema de dictado directo al monitor. ¿Cómo editaríamos con ese sistema? Habría una instancia menos de revisión, la instancia de transcripción que permite ver el error en pantalla y corregir. El error pero sobre todo la elección y corrección de una palabra. Escribir directo de la cabeza al teclado. Una forma posible ya se usa de un modo bastante extendido: dictarle palabras al micrófono del teléfono. Tiene una precisión admirable, incluso para transcribir nombres propios. Se arregló la “F”, encontré la manera de pegarle a la tecla, sobre el ángulo superior derecho del cuadradito. Es una F del noreste, que podría tener una tonalidad diferente a otra F. La F sur es muda, no anda. La F del noroeste sale irregular, es una F más suavecita.
¿Papá, esto es el rock? Siempre me pareció un poco tonta la letra de “Soy Rock”, de Babasónicos. Soy muy puta y no trabajo para vos. Sin embargo, varios años después del lanzamiento del disco, mi hijo me enseña que las interpretaciones pueden ser muchas y que cada uno las completa como quiere. ¿Papá, esto es el rock? Benito armó un esquema mental en el que si hay guitarras distorsionadas es “el rock”.
¿Es el rock? No lo sé, pero hay un niño de cuatro años que usa esa palabra y la tiene entre sus favoritas. El rock murió pero también está renaciendo.
Desde hoy es posible colaborar con el Diario de la Procrastinación, con el sistema de donaciones de cafecito (que yo convertiré en whiskicito o pañalcito o fideito). Estuve mucho tiempo pensando en poner esto o no. Me da un poco de vergüenza pero a la vez vi que mucha gente lo hace y no pasa nada. Incluso yo como lector advertí que colaborar con un proyecto que te gusta está muy bueno. Entonces lo puse y ya. Gracias por la lectura y la compañía durante todo este tiempo.