La fuerza del frío
Faltan 35 días para el comienzo del verano y 216 días para que empiece el invierno. O viceversa.
Primera vez en ocho años que no compro pañales en el Cyber Monday.
En cambio, compré una afeitadora, dos almohadas y un short de River.
La afeitadora la usé por primera vez sin prestar mucha atención y con poco cuidado: me corté toda la barba que había cultivado durante el invierno. Tuve que emparejar y fue peor: me pasó algo extraño en la cara, cambió mi fisonomía, quedé más redondo, menos alargado. Fue extraño y bastante estúpido también.
Comprando pañales me iba mejor.
Un hecho policial produjo uno de los mejores videos que vi en los últimos tiempos. Una nena de 3 años se perdió en un pequeño pueblo de La Pampa, llamado Telén. Nunca lo había sentido nombrar, ahora lo recorro a través de Google Maps y veo que tiene un parque acuático bastante grande. Desde el cielo se ve que formaron la palabra Telén con unas piletas: el azul contrasta con el pasto amarillento de los campos.
Vuelvo a la nena perdida: un policía la empieza a buscar con su drone y la encuentra, a dos kilómetros de donde creían que podía estar. La nena estuvo perdida 5 horas, está un poco deshidratada y solo se pinchó un pie con una espina.
Ahora que ya sabemos que terminó todo bien, la secuencia es increíble y potente: una nena sola en el campo. Incluso el día es hermoso.
Hay una extraña interacción entre la nena y el drone, que por momentos se acerca y por momentos se aleja. Entre el descubrimiento y la llegada de la gente que la estaba buscando pasan unos minutos. Incluso por la geografía del territorio vemos que están llegando, pero aun están lejos. La nena todavía no lo sabe pero ya la encontraron. Hay una carrera desesperada, unos vienen a pie, otros en una camioneta.
Pienso ahora en la soledad, los ruidos del campo, lo que puede haber pensado, lo que construyó durante toda esa secuencia. Son temas recurrentes para mí, que es lo que registran los chicos, que fue lo que registré yo cuando era chico, que graban ahora mis hijos en su memoria.
Me llama mi hermana desde Bahía y dice que va a dar de baja la línea telefónica de mi casa natal: el 29421 se irá borrando con el tiempo o me lo voy a acordar para siempre.
Compramos un kilo de helado. El pote quedó mal cerrado y se derritieron los cuatro gustos, algunos más, otro menos. Lo que quiero contar es que volvimos a guardar el helado en el freezer pero nunca pudo volver a su estado original: probamos todo, dejarlo destapado, subir el freezer al máximo, ponerlo en diferentes cajones. Es como si la heladera hubiera perdido la fuerza, o como si el helado hubiera decidido dejar de percibirse helado, pasar a ser una cosa más parecida a un batido.
No entendemos bien lo que pasa pero tampoco es que eso nos asombre.
Me aferro a las pequeñas cosas, conexiones que aparecen y que siempre fueron vitales para la escritura: el último texto se llamó Fuegos y este último ha encontrado su título recién, con el episodio del helado
Salgo al patio a comer ese helado fofo, sin fuerza. La luna inmensa y la noche de verano me convocan. A veces extraño los primeros días de la cuarentena, abril o mayo del 2020, salir a la calle a sacar la basura, la soledad de esos primeros días en que se aplaudía a los médicos a las 9 de la noche.
Estuve escuchando Los Beatles en estos día, todo porque Beni pidió escuchar una canción, ahora no recuerdo si Sargento Pepper o Lucy in the Sky with Diamonds. Lo importantes es que me quedó ese disco pegado. Una tarde presté atención a la letra de She´s Leaving Home (increíblemente, o no, figura 82 en este ranking de 100 canciones) y me vinieron preguntas que no me había hecho antes. ¿Qué edad tenía Paul cuando la escribió? ¿Cómo hacía para capturar esa sensación adulta que tienen los padres de la chica que se escapa de su casa? ¿El ya era padre? La canción está inspirada en una historia real que leyó Paul en un diario. Una chica llamada Melanie Coe se va de su casa con su novio.
Hay un momento íntimo que está grabado en la memoria de tres personas, en una casa, en los objetos que estaban ese día, anteojos de sol, botas, piedras, cuero, en el sol que entraba por la ventana, en el viento que llevó la melodía hacia otras casas, algún vecino que estuviera cerca.
McCartney le mostró la canción a Brian Wilson de los Beach Boys antes de su estreno mundial. La tocó en el piano, para él y su esposa. “Los dos lloramos”, dijo Wilson. “Fue hermoso”.
Dejamos acá.
DEL FRIO AL FUEGO (el de la semana anterior)
La memoria es selectiva y nos permite mantener vivo recuerdos, así que concuerdo con que el número de teléfono fijo es imposible de olvidar.
Excelente. Excelente todo.