Es notable, la semana pasó rapidísimo y a la vez tengo anotaciones en un borrador que dicen “lunes” y me parecen muy lejanas, ya casi no recuerdo qué sentido tenían. Con esto del tiempo y el olvido no sé si estoy diciendo lo mismo o lo contrario. ¿Pasó rápido y por eso es que lo del lunes ahora me parece lejano? ¿O si pasó rápido el lunes y el viernes (cuando escribo esto) debería estar sensitivamente más cerca?
Una forma de verlo: el tiempo hace que lo que te parecía genial ahora te parezca superficial, apenas inspirado.
O más sencillo aún: Todo pasa, como decía el anillo de Julio I de Sarandí.
Voy a seguir la idea de la semana pasada, comentar la canción que dejé para el final del último newsletter.
En este caso, se trata de “Te amo”, de Nina Suárez, un cover del ultra clásico “Something Stupid” de Frank Sinatra (que también es un cover, aunque para casi todo el mundo es la original, Sinatra puede hacer eso).
Lo que me gusta de la canción es el comienzo, esa guitarra que suena tan en primer plano, como si tocara las cuerdas bien cerca del puente, y las orquestaciones de fondo, qué importante son los primeros segundos de una canción, en letras diríamos que es el tono. Acá ya estamos hablando de algo muy elevado, muy sofisticado, a la altura del desafío que implica reversionar una canción de Sinatra.
Y después viene la parte de cantar: ¿Qué le pasa a la voz de Nina Suárez? Es grave, nasal, una solemnidad medio tanguera, como si quisiera aparentar más edad pero a la vez va a cantar siempre así de seria, un prodigio total.
Hay una frase conmovedora también, siempre con la orquestación de fondo: “Practico cada día en el espejo las palabras más perfectas para vos”.
En estos días escuché a Nina en el programa de Fabián Casas, es una conversación hermosa entre dos personas que se llevan casi 40 años (Casas está al borde de los 60, Nina un poquito más de 20).
Pero conversan como si fueran dos amigos, un tipo de amistad improbable, guiada por una suerte de espíritu común (la creación, el arte, pero no como una cosa solemne sino como un oficio, dos personas que se dedican a hacer lo que mejor les sale más allá del éxito con qué lo hagan. No sé si quiero decir el éxito). Nina habla de la muerte de su madre, el viaje que hace para verla morir, para velarla, y también para nacer ella como artista. Conmovedor y humano a la vez.
Además se divierten, se hace reír mutuamente, se interpelan y se sorprenden. Es una gran conversación, guiada por la verdadera libertad de crear.
Al final del programa, Fabián inventa una poesía con todo lo que se dijo en el programa.
De chica soñaba con que mis viejos tuvieran un auto
una pareja es como un auto usado
Siempre nos mudamos
Somos dos, nada fue normal
Ahora soy mi propia madre
En el supermercado escucho una canción de Charly García con mi hijo y a la salida nos damos cuenta de que se nos pegó una parte del estribillo. Beni me dice que le gustó eso que está tarareando. En realidad yo quisiera explicarle que es un poco más amplio que eso, no es que le gustó, se le adhirió al cerebro una parte de la canción, como cuando comes caramelos y necesitas comer uno más, eso solo lo hacen unos pocos privilegiados. Charly García, por ejemplo, también Andrés Calamaro te pega cachos de canciones en la corteza cerebral por más que vos tengas todo el calendario de vacunas al día. Y también algunas canciones latinas, no sé los nombres pero cualquier que tenga un hijo de 4 o 5 años puede dar fe que el reggaetón es más adictivo que los chupetines pico dulce.
Por supuesto, siempre podemos ver en las redes sociales algún video de un papi que le hace escuchar Barro tal vez a sus hijos, y que estos la cantan de una manera muy dulce, un camino garantizado a la acumulación de likes.
Pero es una escena ficcional, Barro tal vez es una canción hermosa pero ningún niño puede aprenderla y disfrutarla. La van a aprender igual que cuando Clemen me responde que 2+2 es 4, un niño puede aprender cualquier cosa de memoria, más si le tiene estima a los padres, pero no tiene idea de lo que está hablando.
En todo caso, lo que uno puede hacer es que siempre esté prendido el radiograbador de fondo (dejenme usar ese eufemismo de decirle así al parlantito bluetooth al que le mandamos canciones), que siempre haya música sonando, antes de prender la tele o de dar vía libre a algún otro dispositivo, poner música de fondo o incluso la radio AM. A veces me arrepiento que no poner más temas clásicos, unos tangos, Nino Bravo, Leonardo Favio, el Polaco Goyeneche, Perales, Alberto Cortez, la música tiene que sonar en las casas, incluso tu hijo te tiene que ver bailando o tocando la guitarra o la batería en el aire, bailar, mirarlo a los ojos cuando cantas un estribillo con la espátula como micrófono, es algo en lo que no podemos fallar.
Voy a seguir hablando de las entrevistas de Casas, esta semana se hizo viral la que dio Lamothe pero yo ya venía viendo las anteriores. En la que está Santiago Barrionuevo hay un momento impresionante y es cuando Casas y Santiago se dicen un secreto en medio de la entrevista. Es espectacular, porque en la era del streaming, la entrevista publica, todo a la vista, ellos se dicen algo que quedan ahí, en secreto, y vos decis “pero hijos de puta, no pueden dejar afuera al espectador, al videoespectador, si nosotros somos cada vez más participes de todo, podemos putearlo por chat, arrobarlos en redes sociales”. Es un momento punk ese momento en el que nos dejan afuera. El misterio siempre garpa, no hay que mostrar todo.
Santiago tiene un hermano más o menos conocido en Bahía Blanca, es concejal por un partido libertario. Mucha gente se sorprende con eso pero a mi me parece fabuloso. Lo raro es cuando alguien te cuenta que fueron 4 hermanos al Nacional Buenos Aires, que van todos juntos a las marchas del 24 de marzo, que embole absoluto. A mi me gusta más el cambalache, un tío gorila, otro montonero, un hermano libertario, un primo con una foto de Perón en la cocina. Así son las familias verdaderas.
Me gusta ponerme crema en las manos para escribir. Cuando me va bien tengo los pomitos de Loccitane, son caros como un vino bueno, me gusta tener varios desparramados por la casa. Cuando me va mal hay unos más baratos en Farmacity o Isadora. Funcionan igual.
Dos veces en menos de 24 horas (en un libro y en una entrevista) escuché hablar de la palabra pentimento. Fue un logro personal, porque el que lo escuchó en la entrevista no estaba leyendo el libro, y el que esté leyendo ese libro seguro no escuchó la entrevista.
Organicé mi futuro en la escritura* de la siguiente manera:
De los 40 a los 50 voy a publicar la trilogía de la procrastinación (ya salió uno, me faltan dos)
De los 50 a los 60 voy a escribir cuatro o cinco novelas cortitas. Voy a tener una oficina. O quizas varias durante ese tiempo. Podrían ser 5 oficinas, cinco contratos de alquiler de 2 años cada uno. Un personaje de una de las novelas es un tipo que tiene mucha plata y ocupa su tiempo libre visitando propiedades.
De los 60 en adelante haré lo que pueda.
*el plan no contempla lo que pueda llegar a ocurrir con la Inteligencia Artificial, me chupa un huevo la Inteligencia Artificial.
Fui con Beni al médico, nos atendieron dos pediatras muy jóvenes, parecía que tenían 25 años como mucho. Beni tiene 8, las pediatras 25, yo 44: hay una distancia mayor entre las médicas y yo que entre las médicas y mi hijo.
Santiago Barrionuevo canta: “No sé qué pasa en este lugar, todo el mundo es más joven que yo”.
El lunes anoté esto: me desvelé 3.30 por las patadas de mi hija que se pasó a la cama grande. Es muy temprano pero yo estoy fresco, me agarró en un ciclo de sueño liviano, debo llevar dos ciclos de buen sueño (profundidad, sueño, etapa REM, liviano, de nuevo profundidad, sueño, etapa REM). Si uno se levanta en una de esas etapas completas parece que ya descansó, que fue suficiente, pero en realidad es solo una sensación primaria, no se condice con la realidad. A las 3.30 decido empezar a clasificar el estilo de patadas que nos propina mi preciosa y amada hija Clementina, luz absoluta de mis ojos, si mi corazón fuera un edificio entero de departamentos ella se compra uno nuevo cada día, es como Eduardo Elsztain que se compra todos los días un cachito más de la ciudad (pero en este caso estamos hablando del corazón mío).
Lo cierto es que ahora son las 3.30 AM ya del martes, digamos 3.45 porque ya pasaron unos minutos de intentar dormir pero es todo cada vez más lucidez y digo que sus patadas, tan ciertamente insoportables, no son siempre iguales.
Hay patadas así:
a) De deslizamiento, consisten en poner un pie debajo de tu cuerpo. Benito también lo hace.
b) De acomodamiento: intenta cambiar de posición y usa tu cuerpo como eje para apoyarse y rotar. Es una patada incómoda pero de las que permite seguir durmiendo (hasta la próxima patada)
c) De posición H: el humano busca posicionarse de manera perpendicular a sus padres, a veces logra una ubicación tan perfecta que me pregunto si hay jueces que observan todo el asunto desde una posición cenital y están viendo la excelencia de la maniobra (supongo que todo esto está influenciado por los recientes Juegos Olímpicos). Si están por comprarse una cama la respuesta siempre es: la más grande que te permita su economía (o las dimensiones de tu habitación)
d) Patada clásica: es la que hacen de mala leche, solo para joderte.
e) Patada clásica, a repetición: la misma del punto d), pero con una frecuencia ya tirando a insoportable. Si están por comprar colchones nuevos para las camas de los niños, los de mejor calidad posible. Esta patada es la que invita a mudarte a la cama de tu hijo, sábanas del rayo McQueen pero qué carajo importa, nadie te patea. Soldado que huye (y duerme) sirve para otra noche.
f) La paralítica: en apariencia es pegada sin intención pero el grado de precisión muchas veces invita a pensar que estos chiquitos ya vienen con el chip de la mala fe incluida, tan chiquitos y ya saben hacer daño?
Escrito todo esto en los mensajes de whatsapp que me mando a mi mismo (el contacto se llama “Grupo de yo”).
El mensaje anterior dice: tentativa de robo en poblado y en banda, con una pena máxima de diez años de prisión.
Y el anterior a ese:
Cotonetes
Mayonesa
Papel higiénico
Cinzano.
El resto no se pueden explicar. La belleza de este mundo extraño.
Dejamos acá.
Parroquiales:
Donaciones por única vez, vía cafecito, de a 2000 pesitos.
Suscripciones mensuales: por $2000 por me, se pueden sumar en este link.
Los que quieran seguir la conversación responden este mismo mail y me comprometo a la respuesta, como mucho dentro de la misma semana y antes de la salida de un nuevo newsletter (garantía 100%, si no respondí alguna vez se pueden quejar y serán retribuidos).
Gracias a los que escriben mandando aliento, recomendado películas, desarrollando alguna idea que yo dejo por la mitad por pereza o incapacidad o pura procrastinación.
Dejo una canción que contradice totalmente esa párrafo que escribí más arriba. Pero es una buena canción para empezar el fin de semana. Nos vemos la próxima.
Jajaja, me encanta la planificación de tu escritura, Diego! Confío en que luego de los 60 habrá aún más. Abrazo.