El diario de todas las cosas
Termina esta experiencia de escribir todos los días. Retomamos la programación habitual, con los temas de siempre.
Empecé este plan de escribir toda la semana con la idea de no llegar al viernes tan quemado y sin ganas de escribir. Y llego el viernes con una sensación de cansancio y depresión igual a la que hubiera tenido si no hubiera escrito toda la semana. O sea, escribí toda la semana para evitar esto que me está pasando ahora. Quizás sea una sensación inevitable.
Además le tengo que agregar a este viernes que hoy hubiera sido el cumpleaños número 79 de mamá. Eso pone las cosas en un nivel de mínima extraño, porque es como una especie de nostalgia rara y una sensación de desconcierto.
No sé qué hubiera pasado con ella en estos años de pandemia con su enfermedad. Muchas veces pienso que estuvo bien cómo terminó todo. Pero ahí está el error, una cosas es lo que pienso y otra lo que siento. Y seguramente por eso sigue siendo un día extraño. En mi caso, la sensación dura más o menos hasta el 12 de septiembre, fecha en la que se cumplen tres años de su muerte.
En estos días confirme algo que ya sabía y eso es algo que siempre sirve. La vida de la escritura siempre va a estar acompañándome, sobre los hechos más banales, como casi todos los que escribo acá, con asociaciones de ideas u obsesiones absurdas.
También la idea del diario como una especie de acompañante o terapia o catarsis.
No sé bien qué va a pasar con todo esto, estoy en unos días en los que pienso mucho en el futuro y en cómo va a seguir todo, pero aún en estos momentos no tan buenos entiendo que va a estar la escritura acompañando.
El diario de la procrastinación, o el diario de la paternidad, o el diario de la vejez. Siento que podría escribir muchos diarios y que realidad todos son un solo diario.
Termina esta semana y termina esta cosa de escribir un texto por día. Gracias por todos los mensajes que mandaron.
Cierro con esta canción que escuché el otro día en el chino. Es como un Arjona chino. Me costó una locura encontrarla, y una vez que la encontré no la podía copiar y buscar en Youtube. Ahora que la escucho me da deprimente, pero la otra vez en el chino me hizo bien escucharla, me puso de buen humor. O capaz que ya lo estaba.
Dejamos acá.
Gracias por la lectura de estos días y también por las cosas que me mandaron en las respuestas a estos mails.
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Nos vemos la próxima.