Diario de la Predestinación
Le conté algunas cosas al celular mientras andaba en bici. ¿Qué es el Diario de la Procrastinación?
El 10 de junio me mandó un mensaje Federico para pedirme que explicara de qué se trataba este newsletter. Facilísimo: “Hola soy Diego Geddes y mi Diario de la Procrastinación consiste en bla bla bla”, decía entonces Fede.
La idea era pasar ese mensaje en su programa de radio para una sección en la cual recomiendan newsletters y otras cosas más. Como corresponde, le dije que sí, y le pregunté para cuando lo quería. Como todos suponíamos, me tuvo que volver a escribir Federico porque no le mandé nada. Me olvidé y no me olvidé, al mismo tiempo, en diferentes situaciones.
Fede me hizo pensar.
Me ha pasado muchas veces que me cuesta definir de qué se trata esto. Y también me han dicho que recomiendan el newsletter pero no saben muy bien de qué se trata ni cómo definirlo. Somos varios.
Hoy grabé un audio improvisado para mandarle a Federico. Lo transcribo.
“Hola soy Diego Geddes y escribo el Diario de la Procrastinación, un newsletter que sale todos los sábados a las 8:30 de la mañana desde hace cuatro años. ¿Qué es el Diario de la Procrastinación? Bueno, una definición podría estar relacionada con este mismo audio que estoy grabando ahora y que me pidió Federico hace un mes y que yo no había hecho nunca.
Lo tenía pendiente y presente siempre casi cada día de mi vida y al mismo tiempo lo dejaba atrás, lo postergaba, tenía otras cosas para hacer, actividades, trabajo, series, películas. Entonces, el Diario de la Procrastinación se trata un poco de eso, una especie de diario íntimo, privado, cotidiano, cruzado con las obligaciones de la vida cotidiana, mis hijos, mi familia, mis intereses y cierta idea de que vivimos hiper estimulados y nos estamos perdiendo algo o siempre hay algo mejor para hacer y no nos encontramos con lo que deberíamos hacer. Parece algo así como un diario de autoayuda pero no lo es, o un poco sí. No sé, es difícil definir”.
Ahí corté el audio, porque eso creo que no es el Diario de la Procrastinación. Arranqué bien pero después empecé a decir cualquier cosa. Además yo no miro series ni películas, ahí estaba mintiendo.
Después de grabar ese audio, que duró exactamente desde México y Tacuarí hasta México y Lima, agarré una bicicleta y me fui pedaleando hasta la radio.
Anduve en bici unas cuadras, la dejé en la plaza Congreso y mandé otro audio con lo que había pensado.
“Cuando voy en bicicleta por la calle Venezuela veo un cartel de un negocio que se llama ‘Chabeli’ y pienso en ese cartel y pienso en Chabeli Iglesias, una de las hijas de Julio Iglesias. Eso es básicamente el Diario de la Procrastinación, la verdad es esa pero también resulta insólito plantearlo así, y mucho más mandar un audio a una radio en la que supuestamente debería promocionar mi newsletter”.
El Diario de la Procrastinación es lo que voy pensando mientras camino o voy en bicicleta, es como si fuera una película, o quizás el diario de la procrastinación es el guion de esa película. ¿A quién le importaría una película sobre mí? A nadie, pero el guion se escribe igual, no sé por qué ni para que”.
Chabeli queda en Venezuela 1454 y vende carteras de cuero.
Cuando digo que mando un audio en realidad le hablo al teléfono y el teléfono lo transcribe. Casi siempre bien, pero a veces hace su propia interpretación. Un ejemplo, puso “Diario de la Predestinación”.
Más del audio (que en realidad es un texto)
“El otro día leí alguien que confesaba que juega carreras en la calle. Por ejemplo, tiene un tipo delante y lo persigue y lo pasa y por adentro va relatando la carrera. Me pareció increíble, porque yo también lo hago y lo mejor de todo es que alguien confiese algo con vergüenza solo para que después seamos muchos los que digamos ‘yo también lo hago’. Esa confesión que es una forma de sentirse menos solo en el mundo. Entonces capaz que esto que yo digo de la película también le pase otra gente, pero no por una cuestión de vanidad sino por una cuestión ligada a un modo de estar en el mundo, un diálogo interno que va todo el tiempo contando algo.
Por la calle me cruzo a dos tipos que vienen hablando y uno le dice a otro algo sobre le gobierno de Vietnam. Podría ser extraño pero en la mañana estuve leyendo Mafalda con Benito y en un momento Mafalda habla de Vietnam, del Kremlin, dos palabras que Benito ahora repite con naturalidad y frescura.
Esto también es el Diario de la Procrastinación, una pregunta sobre el tiempo y la idea de que todo se mezcla, como si no hubiera pasado, presente, y fatalmente debería decir que tampoco hay futuro, aunque en realidad no lo pienso. No me preocupa el futuro.
Este último audio/texto lo edité bastante.
El Diario de la Procrastinación es un ejercicio de escritura contra la procrastinación y el aburrimiento. Y es un procedimiento basado en la honestidad (conmigo mismo y con los lectores).
Algo que sí tengo muy claro es que el Diario de la Procrastinación se activa con el movimiento. Mi cabeza me dice cosas y funciona cuando camino por la calle, cuando ando en bicicleta, voy en colectivo o en subte, y no funciona si estoy en mi casa, sentado en la silla, inclinado, encorvado. Es como si la posición del cuerpo fuera el reflejo exacto de lo que pasa en mi cabeza. O es mi cabeza la que me lleva a adoptar esa posición del cuerpo. No sé qué es primero.
El 18 de marzo de 2019 escribí “Qué es –y qué no es– el Diario de la Procrastinación”.
Unos fragmentos que me gustaron.
¿Qué es el Diario de la Procrastinación? Algunos me dicen que podría ser un libro. Yo creo que debe ser un bodrio leer todo esto que vengo escribiendo de un tirón. "¿Vos no querés escribir ficción?", me preguntan.
Tengo una certeza: esto no es un diario íntimo. Repito. No es un diario íntimo aunque me dicen: me gusta leer para saber en qué andas, en qué pensas, así me entero cosas tuyas.
Yo digo: acá a veces escribo ficción, cuento cosas que no sucedieron. Escribo sueños que no ocurrieron, los modifico o directamente los invento. Inventar un sueño es lo mismo que soñarlo, pero mucho peor.
Esta semana me tocó ir al osteópata. Es parte de un cambio que quiero hacer con mi cuerpo. Mejorar mi postura corporal, pero no solo por una cuestión física, sino también de actitud. No sé explicarlo bien pero por dentro yo lo entiendo (parecido a este newsletter).
El osteópata me habló de Independiente, de su papá y de su abuelo ligados a la dirigencia del club. Y también me habló de la erosión de mis vértebras, algo que ya no se puede revertir. Los músculos, sí.
Más del texto anterior.
Un libro no, pero me aferro a poder escribir un año entero: 52 ediciones del Diario de la Procrastinación. Esta es la 22 y a veces pienso que va a ser imposible.
Algo que me dijeron y me gustó: el diario es una buena compañía. Me quedo con eso.
Bueno, pasó mucho tiempo, ya van cuatro años escribiendo esto pero me gusta esa idea de que el diario es una compañía. Y que podría ser un libro, si no lo es ya.
Perdón Fede, te debo el audio. Pero me voy acercando.
Dejamos acá.
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Gracias por leer cada sábado (o domingo, o lunes, cuando llegan a la compu del laburo). Les mando un abrazo y recuerden que este es un ejercicio de escritura contra la procrastinación. No es una diario íntimo, pero se le parece bastante.
Es un diario en contra de la procastinacion, habla de ella mientras la desarma!