A medias
Este es y no es el Diario de la Procrastinación. Este es un aviso parroquial para informar que estoy con problemas técnicos y que no pude escribir, y también es la demostración de que igual se puede escribir.
Los hechos: el jueves a la noche enchufé la computadora y se cortó la luz. Supe que algo grave había pasado pero no me desesperé. El viernes (ayer) llevé la computadora a arreglar y están en eso. Parece que recuperan todo, solo fue un problema del cargador.
Entonces: podría escribir en otra computadora, pedirle la Mac a Sol, incluso en el teléfono. Hacer el esfuerzo para encadenar algunas ideas que tenia preparadas. No era la gran cosa, lo de siempre, ponerme a escribir para ordenar ese desorden.
Pero prefiero no hacerlo, no tengo mi computadora, con mis claves, mis accesos. De hecho, esto lo escribo en una Mac de mi trabajo, con un teclado inalámbrico bastante coqueto (me gustan los teclados, la resistencia de las teclas, no creo ser un obsesivo pero hay una relación de comodidad, o familiaridad con el teclado propio. Este es bastante lindo pero no es el mio).
Me estoy dando cuenta también que estoy escribiendo en una máquina pero no se cómo voy a hacer para sacar este texto de acá y publicarlo.
Me estoy dando cuenta de que estoy escribiendo.
Quizás le saque una foto a esto que escribí y lo pegue.
Quizas tenga que volver a tripear esto que escribi ahora en otro teclado, diferente, menos cómodo (esta máquina encima me corrige: dice tripear. ¿Tripear de tripas o tripear de viaje. Elige tu propia corrección?).
Bueno, esto ya esta bastante bien como para avisarles que no voy a escribir. Si me excedo un poco más es como si hubiera escrito.
Por ultimo, no puedo dejar de mencionar un hecho que ocurrió esta semana, uno de los tantos que quería desarrollar.
Mi psicóloga me suspendió la sesión: “Diego, esta semana no voy a atender”.
Recibí el mensaje con el mismo entusiasmo que me daba una hora libre en la escuela secundaria. Fue, de hecho, una hora libre, además de un ahorro de unos miles de pesos, que me ocupé de gastar sin culpa.
Como todo tiene que ver con todo, quiero decirles, estimados lectores, que esta semana tienen hora libre.
Ya los libero.
Un alivio: quizás la casualidad y este hecho fortuito me exime de escribir algunas cosas que tenia pensadas, algunas desde el resentimiento; mejor así. Que nadie se entere de lo que había pensado. O quizás las pienso mejor para la próxima.
Mi amigo el Sabio dice que nada es tan importante.
Ahora sí, por ultimo, y aprovechando las horas libres que me dejó este viernes de no tener compu (esto no debería escribirlo, debería manejarlo con otra discreción, pero bueno, pensemos bien). Tuve tiempo para leer la biografía del escritor polaco Witold Gombrowicz, “Extranjero en todas partes”, de Mercedes Halfon.
En los Diarios que escribía Gombrowicz hay un fragmento muy adecuado para hoy (viernes)
Lunes
Yo.
Martes
Yo.
Miércoles
Yo.
Jueves
Yo.
Me permito agregar este último día, como si fuera un diario a cuatro manos, que se completa 50 años después. Permiso.
Viernes.
Excusas.
Y dejamos acá
Nos vemos la semana que viene. No dejo el cafecito ni las suscripciones, el que quiera colaborar puede buscar los links en edicio es anteriores.
Les dejo un gran abrazo.